¿Quién no ha mordisqueado de pequeño el tallo de esta planta para probar su sabor avinagrado? Y es es que bajo este nombre grecolatino se esconde la popular y muy frecuente vinagreta (conocida bajo múltiples nombres según la región española).
Se trata de una planta endémica de Sudáfrica y Namibia que ha invadido numerosas zonas del planeta, y que es muy frecuente en nuestro país especialmente en las comarcas costeras, sobre todo las mediterráneas, aunque poco a poco está colonizando zonas del interior. En Rota es muy fácil de encontrar junto a cualquier camino, cuneta o campo cultivado.
Hierba perenne, de raíz profunda, blanquecina, poco ramificada y salpicada de pequeños tubérculos o bulbillos. Sus hojas son trifoliadas con lóbulos acorazonados verdes, en ocasiones con máculas dispersas de forma irregular, parduzcas-negras, más o menos numerosas; peciolo de hasta algo más de 20 centímetros. Tallos floríferos sin hojas, rematados en inflorescencia umbeliforme, de numerosas flores, acampanadas, erectas, de cinco piezas soldadas en la base, amarillas. En nuestro pais esta planta normalmente no fructifica, propagándose exclusivamente de forma vegetativa a través de los bulbillos, dispersándose principalmente por la acción humana (transporte de tierras, residuos de jardinería, etc)
Crece bien en terrenos húmedos y umbríos, sin desdén a exposiciones soleadas, por lo que es habitual verla crecer en márgenes de camino y otros terrenos cultivados que le son propicios, incluidos jardines.
Su sabor amargo-avinagrado procede del ácido oxálico que contiene y que en grandes cantidades puede resultar tóxico y especialmente perjudicial para personas con cálculos renales.
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